I
Palpitas en mí
Y recorres mis espacios
Ríes y explotan mis nervios lácteos
Pétalos suaves que me tocan
Con las manos de las nubes
Ríes y corres traviesa
Todas las luces se derriten en la danza
Chispean sobre mi cabeza…
Aves de mi destierro que no sabrás todavía
Tu abrazo tiene el antídoto
Para mi risa y mi alegría
Tienes en tu boca los excesos
Tienes en tus manos las faltas
Tu juventud y tu savia
Tu iluminada vida, el ansia de Natalia
Tu desenfreno
II
Vivirás en un jardín desordenado
Pero me tienes como agua ocasional
¡Saltas en tu silvestría palpitante!
Mírame en tus sueños
Tócame en nuestros momentos
Ternura y paz que tenemos: fuera de la podredumbre!
Ven una noche como antaño
A dormir a mis brazos
Estaré alerta y entredormido
Un ave estará esperándote
Escondida entre besos chiquitos
Como boquitas de flor con carita
Ven una noche como antaño
A despertarme de este dolor
De no dormir contigo
Quiero respirar alegre tus sueños inocentes
Y recibir risueño los despertares
Que nos robó el tedio y la ruptura
Sangrienta y terrible de una mentira…
Vivirás un tiempo en un jardín desordenado
Pero me tienes para siempre, me tienes para siempre!
III
Anoche mastiqué un miedo ancestral
Y te recordé de pronto
Y me acerqué a tus ojos desde el recuerdo
Tú ibas de la mano de una flor
Y en los aromas respirabas
Las lagunas sin humedad
Al despertar supe que te espero
Al despertar supe que no vienes y lloré
Cada noche entonces
Sobrevivo a las víboras
A las arañas y a sus nidos
A las calles hermosas de oscuridad
Tenebrosas de concreto y agua sucia
Cerca de la incertidumbre
Construyo mis besos y las miradas
Que se colarán en la distancia
Que atravesarán la envidia
Eres lo que tengo
Y lo que no tengo
Todas mis flores
Todos mis pistilos
Maduran para ti:
¡No permitas que se pudran!
IV
Los años en mis ojos muertos
Se han ido
Y tú siendo ya aquella hija
Del destierro o una mujer que
Se levanta cada vez más
Abres tus ojos
Para ver el mundo
Sin pensar en un camino
Que viene de mí en tus ojos
Todas esas horas del silencio
De tus labios viene a reposar
Y eso sí que lo sabes
Tus lágrimas de juegos infantiles
Ruedan en los juguetes
Que para ti no puedo elegir
Los cristales que en tus ventanas
Reflejan la luz, no serán para llorar juntos
Las puertas que con tus manos abres para ver la calle
No siempre las verán mis ojos
Pero a donde lleves tus alegrías
Estará ese pajarraco invernal que grazna
Imaginando tus retozos
Verás mis anhelos volar
Niña de las noches tan risueñas
Como para no querer dormir nunca
Todas las rutas sanguíneas siempre vibran
En milenarias y ásperas distancias tristes
No hay jardines en la lejanía
Pero yo estoy bailando con tus flores!
V
Tus otras compañías me arrastran
A desventurados lares de oscuridad
Pero aquella mañana iluminada tu voz
Se fusionó a mis raros nervios crepitantes
Aquella dulce mañana que dijiste te quiero
Con las suaves vibraciones de tu voz
La melodía infinita y perdida
De estos años duros
Vinieron a instalarse largamente
Como un sueño donde labro la escultura
Hermosa de tu sonrisa
Pero eso tus otras compañías no lo saben
Y será nuestro secreto
Como aquella lágrima que botamos
En la oscuridad y secamos en silencio
Este blog contiene poemas de diferentes épocas. Algunos de ellos fueron traducidos al inglés y publicados en la antología The poets of New England en 2018. El nombre del blog hace alusión a una novela inédita del autor.
jueves, 15 de noviembre de 2012
miércoles, 24 de octubre de 2012
Nueve nuevos besos
I
La sangre que esparcida me recorre
La luz que desecha me ciega
Se cuela por rendijas de oscuridad
Me persiguen todas las sombras
Convertidas en espectros de rostros
En locas parálisis dormidas
Yo que siempre parpadeo
Yo que rodeado de monstruos
Beso los rostros de más espanto
Y me regodeo de lastres en este país de zombis
II
Al despertar solo puedo envenenarme
De ciudad, de ruido, de alimentos del terror
Y luego caminar por los caminos de la mentira
Al soñar las flechas de mis ojos
(Todos mis nervios teselados de luz)
Infieren la tortura de los espías
De los que no tienen en su propia respiración
Un instante de locura
O una rama interminable de placer
III
Escucho en las sombras ciertos pasos
Porque la cobardía está reluciente
En los que otrora amigos
Lanzan la dentellada rapaz
Para intentar desollarme
Para roer de inmundicia mis horas
Todas mis rutas
Todos mis sonidos
Todas mis palabras que surten
IV
Alguna vez quise esperar que la dicha
Cual un ramillete de incendios
Viniera en tu rostro abierto
Con miles de besitos de niña
Con miles de dudas de niña
Con tantos tactos de niña
Y he aquí que consciente de mi derrota
He cantado en el amplio vacío
Una melodía rota de encierro
V
Tus lámparas podrán ver
Que desde los años yo estaba escondido
Viéndote en un dibujo, en una fotografía
Nada más para soñar
Nada más para fingir una vida
Nada más pera esperarte para siempre
En las frutas dejé tendidas las dulzuras
En los vientos de octubre los besos
Aquellos besos invernales quejumbrosos
VI
Y cuando tenías dos años te lanzaba
Desde lo alto del Universo
Para que flotaras en mi cariño
Y cuando tenías tres años
Desde lejos
Volvía sábado a sábado
Para jugar en el patio
Todos los juegos del olvido
Todos los olvidos jugados en tus manos
VII
Y cuando tenías cuatro años
Las luces encendieron la puerta de la distancia
Y rompimos aquellas promesas de sangre
Así, entré derruido en tus cinco años
Como una nena que ya no llora
Y que pudo morir en los brazos de una mujer
Que mentía para darme un poco de bálsamo
Que te llevó un día para mis brazos
Que te llevó también hacia profundas lejanías
VIII
Y luego un calabozo donde me pudro
Sin verte durante años
Trizura traviesa canté para mi olvido
Jugaste y viajaste
Mientras tu mundo se edificaba
Sin mis manos sin mis ojos sin nada de esto que digo ser...
Me he derrotado
Todas las pobrezas de mí nacen
Como una hiedra donde mi ebriedad me destroza
IX
Hoy es nueve desde el nueve
O desde el tres de septiembre
Que ha viajado bajo la llovizna
Hoy ya eres lo que en mí no es olvido
Yo solo quiero que lo sepas
Que tengo sangre, podrida sí
Que tengo sueños, rotos siempre
Hoy soy en ti la historia que no he contado
Yo no quisiera que lo sepas
Que mi vejez te espera por siempre
Que aunque me voy cayendo a trozos
Estás en mí como nunca
Como las semillas que al ser flor
Tan solo vuelven a ser pistilos
Y solo por eso es que no me hundo!
La sangre que esparcida me recorre
La luz que desecha me ciega
Se cuela por rendijas de oscuridad
Me persiguen todas las sombras
Convertidas en espectros de rostros
En locas parálisis dormidas
Yo que siempre parpadeo
Yo que rodeado de monstruos
Beso los rostros de más espanto
Y me regodeo de lastres en este país de zombis
II
Al despertar solo puedo envenenarme
De ciudad, de ruido, de alimentos del terror
Y luego caminar por los caminos de la mentira
Al soñar las flechas de mis ojos
(Todos mis nervios teselados de luz)
Infieren la tortura de los espías
De los que no tienen en su propia respiración
Un instante de locura
O una rama interminable de placer
III
Escucho en las sombras ciertos pasos
Porque la cobardía está reluciente
En los que otrora amigos
Lanzan la dentellada rapaz
Para intentar desollarme
Para roer de inmundicia mis horas
Todas mis rutas
Todos mis sonidos
Todas mis palabras que surten
IV
Alguna vez quise esperar que la dicha
Cual un ramillete de incendios
Viniera en tu rostro abierto
Con miles de besitos de niña
Con miles de dudas de niña
Con tantos tactos de niña
Y he aquí que consciente de mi derrota
He cantado en el amplio vacío
Una melodía rota de encierro
V
Tus lámparas podrán ver
Que desde los años yo estaba escondido
Viéndote en un dibujo, en una fotografía
Nada más para soñar
Nada más para fingir una vida
Nada más pera esperarte para siempre
En las frutas dejé tendidas las dulzuras
En los vientos de octubre los besos
Aquellos besos invernales quejumbrosos
VI
Y cuando tenías dos años te lanzaba
Desde lo alto del Universo
Para que flotaras en mi cariño
Y cuando tenías tres años
Desde lejos
Volvía sábado a sábado
Para jugar en el patio
Todos los juegos del olvido
Todos los olvidos jugados en tus manos
VII
Y cuando tenías cuatro años
Las luces encendieron la puerta de la distancia
Y rompimos aquellas promesas de sangre
Así, entré derruido en tus cinco años
Como una nena que ya no llora
Y que pudo morir en los brazos de una mujer
Que mentía para darme un poco de bálsamo
Que te llevó un día para mis brazos
Que te llevó también hacia profundas lejanías
VIII
Y luego un calabozo donde me pudro
Sin verte durante años
Trizura traviesa canté para mi olvido
Jugaste y viajaste
Mientras tu mundo se edificaba
Sin mis manos sin mis ojos sin nada de esto que digo ser...
Me he derrotado
Todas las pobrezas de mí nacen
Como una hiedra donde mi ebriedad me destroza
IX
Hoy es nueve desde el nueve
O desde el tres de septiembre
Que ha viajado bajo la llovizna
Hoy ya eres lo que en mí no es olvido
Yo solo quiero que lo sepas
Que tengo sangre, podrida sí
Que tengo sueños, rotos siempre
Hoy soy en ti la historia que no he contado
Yo no quisiera que lo sepas
Que mi vejez te espera por siempre
Que aunque me voy cayendo a trozos
Estás en mí como nunca
Como las semillas que al ser flor
Tan solo vuelven a ser pistilos
Y solo por eso es que no me hundo!
lunes, 8 de octubre de 2012
Para la sucia jauría
I
Todavía están rumiándose las vibraciones
de esas imbricaciones de cobardes
gruñidos de la jauría porque ya sabemos que
enviadas, buscan su desenlace
Todavía en los oídos están sus lastres
labrados por los días
los días de la indefensión que reflexiona
Ahora lo sé plenamente
Plenamente comprobado
que hay hilos y que tejen, canallas,
las maledicencias de la envidia
Ciertas supuraciones de conciencias podridas
que se esconden pero brillan de cobardía…
II
Lo más triste es ver a los ojos aun facineroso mensajero
Que apenas llega a tolete…
Ya sé que es por lógica y sentido común
Pero ya está, así es la tristeza
No es ni será el último
Nadie me creerá cuando diga que ya lo sabía
Que lo estaba esperando
Sobre todo en este país de esbirros
III
Puede ser que busquen más, sí
A veces me da por pensarlo
Y siento en mis entrañas la canalla fuerza, el movimiento
Y también lo he visto, en sueños se destapan todos los miedos
O en medio de una parálisis del sueño
donde todos los subterfugios simplemente no valen nada
¿Por qué me hacen descubrir nuevos niveles del Asco?
Porque, eso sí, está dentro de mí un remolino de asco
Una culebra que ensució mis entrañas descubiertas
Una mordida sátrapa
Un par de colmillos de la vergüenza
Un veneno que inocula su desparpajo
y deja entrever pestilente, el más barato plato de lentejas
IV
En mi otra mano tengo las rosas y la miel
En mi otra mano están refugiadas todas mis certezas
Y brillan tanto
Y pueden cabalgar soberanamente las distancias
Todos los glotones del asco quieren mis flores
Todos los burdos lanzan dentelladas
Todos los virus en sus ojos infectados quieren mi luz
Para sanar no
Para enlodarme de su odio y de su furia
la furia plañidera de los cobardes
los metales de unas mentes tan podridas, sucias de crimen
V
No es la primera vez
que meto el fuego en las manos
que, laceradas de embriaguez, recurren de nuevo
a su olfateado fango, el que merma la luz
el que siempre compartimos sin palabras
aquellas palabras siempre alejadas del viento
No es la primera vez
que sin navegar las aguas han dejado su estela
todas las cosas ya las he dicho
en tiempos de juventud sin detenerme
y quizá por eso yo no tengo miedo
VI
Nunca sabemos nada de la vergüenza
sobre todo cuando ya amamos la ignominia
o cuando somos el gusano de la bacteria
y ni siquiera de una estirpe que valga
Así es cuando se ama repetir
aquello lejano sin constancia
aquello que busca ser veneno
usando lo que esté bañado de luz
O estas mismas líneas
a manera de testimonio
un testimonio que está diciendo:
Miren sordos lacerados de odio
No lancen sus embustes podridos
Todas las cosas están bañadas de luz
Y de trozos de ausencia
Por eso mis flores surten miel
Por eso me alimento de pistilos febriles de placer
Por eso en las noches me flagelo en el riesgo
En la torpeza de mil bacos juntos
En toda la electroquímica de un misterio
Para que a nadie le importe
VII
Ahora nada más tengo
Como en la última ronda
las llaves de una decisión certera
llena siempre de luz siempre tardía
como todas las cosas a posteriori
Llévense a su canalla y llénenlo de lodo
que en sus ojos
será un lujoso lastre de pestilencia
Llévense su elaborada envidia
porque no me alcanza
aunque ya sé que aquí a nadie importa
que nos sigan matando a todos
Ni siquiera como perros
Ni siquiera como flores
Y de todos modos yo estoy bien lejos
Cercado de luz y ciego de ausencia
Todavía están rumiándose las vibraciones
de esas imbricaciones de cobardes
gruñidos de la jauría porque ya sabemos que
enviadas, buscan su desenlace
Todavía en los oídos están sus lastres
labrados por los días
los días de la indefensión que reflexiona
Ahora lo sé plenamente
Plenamente comprobado
que hay hilos y que tejen, canallas,
las maledicencias de la envidia
Ciertas supuraciones de conciencias podridas
que se esconden pero brillan de cobardía…
II
Lo más triste es ver a los ojos aun facineroso mensajero
Que apenas llega a tolete…
Ya sé que es por lógica y sentido común
Pero ya está, así es la tristeza
No es ni será el último
Nadie me creerá cuando diga que ya lo sabía
Que lo estaba esperando
Sobre todo en este país de esbirros
III
Puede ser que busquen más, sí
A veces me da por pensarlo
Y siento en mis entrañas la canalla fuerza, el movimiento
Y también lo he visto, en sueños se destapan todos los miedos
O en medio de una parálisis del sueño
donde todos los subterfugios simplemente no valen nada
¿Por qué me hacen descubrir nuevos niveles del Asco?
Porque, eso sí, está dentro de mí un remolino de asco
Una culebra que ensució mis entrañas descubiertas
Una mordida sátrapa
Un par de colmillos de la vergüenza
Un veneno que inocula su desparpajo
y deja entrever pestilente, el más barato plato de lentejas
IV
En mi otra mano tengo las rosas y la miel
En mi otra mano están refugiadas todas mis certezas
Y brillan tanto
Y pueden cabalgar soberanamente las distancias
Todos los glotones del asco quieren mis flores
Todos los burdos lanzan dentelladas
Todos los virus en sus ojos infectados quieren mi luz
Para sanar no
Para enlodarme de su odio y de su furia
la furia plañidera de los cobardes
los metales de unas mentes tan podridas, sucias de crimen
V
No es la primera vez
que meto el fuego en las manos
que, laceradas de embriaguez, recurren de nuevo
a su olfateado fango, el que merma la luz
el que siempre compartimos sin palabras
aquellas palabras siempre alejadas del viento
No es la primera vez
que sin navegar las aguas han dejado su estela
todas las cosas ya las he dicho
en tiempos de juventud sin detenerme
y quizá por eso yo no tengo miedo
VI
Nunca sabemos nada de la vergüenza
sobre todo cuando ya amamos la ignominia
o cuando somos el gusano de la bacteria
y ni siquiera de una estirpe que valga
Así es cuando se ama repetir
aquello lejano sin constancia
aquello que busca ser veneno
usando lo que esté bañado de luz
O estas mismas líneas
a manera de testimonio
un testimonio que está diciendo:
Miren sordos lacerados de odio
No lancen sus embustes podridos
Todas las cosas están bañadas de luz
Y de trozos de ausencia
Por eso mis flores surten miel
Por eso me alimento de pistilos febriles de placer
Por eso en las noches me flagelo en el riesgo
En la torpeza de mil bacos juntos
En toda la electroquímica de un misterio
Para que a nadie le importe
VII
Ahora nada más tengo
Como en la última ronda
las llaves de una decisión certera
llena siempre de luz siempre tardía
como todas las cosas a posteriori
Llévense a su canalla y llénenlo de lodo
que en sus ojos
será un lujoso lastre de pestilencia
Llévense su elaborada envidia
porque no me alcanza
aunque ya sé que aquí a nadie importa
que nos sigan matando a todos
Ni siquiera como perros
Ni siquiera como flores
Y de todos modos yo estoy bien lejos
Cercado de luz y ciego de ausencia
miércoles, 2 de mayo de 2012
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