I
La sangre que esparcida me recorre
La luz que desecha me ciega
Se cuela por rendijas de oscuridad
Me persiguen todas las sombras
Convertidas en espectros de rostros
En locas parálisis dormidas
Yo que siempre parpadeo
Yo que rodeado de monstruos
Beso los rostros de más espanto
Y me regodeo de lastres en este país de zombis
II
Al despertar solo puedo envenenarme
De ciudad, de ruido, de alimentos del terror
Y luego caminar por los caminos de la mentira
Al soñar las flechas de mis ojos
(Todos mis nervios teselados de luz)
Infieren la tortura de los espías
De los que no tienen en su propia respiración
Un instante de locura
O una rama interminable de placer
III
Escucho en las sombras ciertos pasos
Porque la cobardía está reluciente
En los que otrora amigos
Lanzan la dentellada rapaz
Para intentar desollarme
Para roer de inmundicia mis horas
Todas mis rutas
Todos mis sonidos
Todas mis palabras que surten
IV
Alguna vez quise esperar que la dicha
Cual un ramillete de incendios
Viniera en tu rostro abierto
Con miles de besitos de niña
Con miles de dudas de niña
Con tantos tactos de niña
Y he aquí que consciente de mi derrota
He cantado en el amplio vacío
Una melodía rota de encierro
V
Tus lámparas podrán ver
Que desde los años yo estaba escondido
Viéndote en un dibujo, en una fotografía
Nada más para soñar
Nada más para fingir una vida
Nada más pera esperarte para siempre
En las frutas dejé tendidas las dulzuras
En los vientos de octubre los besos
Aquellos besos invernales quejumbrosos
VI
Y cuando tenías dos años te lanzaba
Desde lo alto del Universo
Para que flotaras en mi cariño
Y cuando tenías tres años
Desde lejos
Volvía sábado a sábado
Para jugar en el patio
Todos los juegos del olvido
Todos los olvidos jugados en tus manos
VII
Y cuando tenías cuatro años
Las luces encendieron la puerta de la distancia
Y rompimos aquellas promesas de sangre
Así, entré derruido en tus cinco años
Como una nena que ya no llora
Y que pudo morir en los brazos de una mujer
Que mentía para darme un poco de bálsamo
Que te llevó un día para mis brazos
Que te llevó también hacia profundas lejanías
VIII
Y luego un calabozo donde me pudro
Sin verte durante años
Trizura traviesa canté para mi olvido
Jugaste y viajaste
Mientras tu mundo se edificaba
Sin mis manos sin mis ojos sin nada de esto que digo ser...
Me he derrotado
Todas las pobrezas de mí nacen
Como una hiedra donde mi ebriedad me destroza
IX
Hoy es nueve desde el nueve
O desde el tres de septiembre
Que ha viajado bajo la llovizna
Hoy ya eres lo que en mí no es olvido
Yo solo quiero que lo sepas
Que tengo sangre, podrida sí
Que tengo sueños, rotos siempre
Hoy soy en ti la historia que no he contado
Yo no quisiera que lo sepas
Que mi vejez te espera por siempre
Que aunque me voy cayendo a trozos
Estás en mí como nunca
Como las semillas que al ser flor
Tan solo vuelven a ser pistilos
Y solo por eso es que no me hundo!